Casi, casi ruido y piano
estrecho instante iridiscente
estrecho instante iridiscente
el árbol canta
la flor multiplica
el amor solo espera
espuma del café mientras todo gira
estuve ausente del amanecer
hasta que en el atardecer me encontré
creí ver tus ojos
y por eso decidí soñar contigo
giro con los luceros
lluvia ausente
sombras y huesos en la hojarasca
lunas mitigan mis pestañas
a veces me quedo pegada al cristal
mirando lo que mis labios callan.
Lichazul
scrapeando metáforas
Unos ojos, una mirada y la vida cobra sentido.
ResponderEliminarUn beso!
Hay miradas que nos retornan
ResponderEliminara la vida mi amiga, que tengas
un buen finde.
Besitos dulces
Siby
El poema me encanta.
ResponderEliminarEs muy bueno, y cuando va llegando al final esos dos versos finales lo propulsan al cielo.
Una maravilla de poema.
Te felicito Elisa.
Besos.
Muy belo!
ResponderEliminarUna mirada puede cambiar una vida!
Os olhos falam sempre mais depressa... e náo enganam!
Besos!
Sentido y bello poema. Saludos amiga.
ResponderEliminar"a veces me quedo pegada al cristal
ResponderEliminarmirando lo que mis labios callan."
Cuánto dice el cierre del poema. UN abrazo. Carlos
En cierta manera callo tantas cosas. Ojala volvamos con palabras nuevas en estos tiempos tan difíciles. Como veras tambien he estado ausente. De a poco abriendo al mundo,. Beso poeta !!!
ResponderEliminarSombras y huesos en la hojarasca.
ResponderEliminarQué inquietante.
muchas gracias por sus comentarios
ResponderEliminartengan un febrero enamoradísimo :)
saluditos
Todo gira y nosotros vamos girando.
ResponderEliminarMe encanta la segunda estrofa. Tiene peso y vida.
El cierre es fabuloso. Nos deja con nuestro silencio particular, pegados a nuestro cristal.
Besos, Elisa.
Girar es nuestro destino y conviene hacerlo siempre con una sonrisa,como las estrellas en verano.Me encantó ese final,yo soy muy de mirar silencios también.
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