Cada quien busca en la ciudad su esquina favorita
irrumpe rutinas y define su potencia
engalana las pestañas y hasta se cubre de filigranas por si acaso.
Cada quien tiene un horóscopo conveniente
mienten y se sorprenden
juegan a la víctima ciega
apuestan con La Fortuna
se torturan con lo que pudo ser.
Cada quien escribe su poema
las palabras están disparadas
meteoros y centellas
ráfagas impúdicas
rastrojos y cardos que abrasan la memoria
misma historia
misma fábula
nada cambia en el paisaje bestial
mismo lodazal a intervalos sinuosos.
Lichazul
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