como una carta de liberación
irremediable recuerdo
cada vez que cierro los ojos
el contigo desaparece
sigo en el mismo apartado
en el mismo tumulto
en la misma orilla
mis pesadillas adornan el jardín
son las guirnaldas crepusculares
despidiendo juegos y temblores
a veces siento que brota la esperanza
como un apéndice deforme
disconforme de la lección aprendida
y ocurren fuegos y arpegios
donde el tiempo no existe
entonces oscurezco a propósito
me obligo a la grieta a la cavidad
hay días como glorias desvencijadas
como fantasmas susurrando amor.
Lichazul
mundos paralelos