como una carta de liberación
irremediable recuerdo
cada vez que cierro los ojos
el contigo desaparece
sigo en el mismo apartado
en el mismo tumulto
en la misma orilla
mis pesadillas adornan el jardín
son las guirnaldas crepusculares
despidiendo juegos y temblores
a veces siento que brota la esperanza
como un apéndice deforme
disconforme de la lección aprendida
y ocurren fuegos y arpegios
donde el tiempo no existe
entonces oscurezco a propósito
me obligo a la grieta a la cavidad
hay días como glorias desvencijadas
como fantasmas susurrando amor.
Lichazul
mundos paralelos
Hola Poeta...!!
ResponderEliminarQue gusto encontrarte y deleitarme con tus versos. Un abrazo.
Yo también me obligo a la grieta y a la cavidad cuando la esperanza asoma su mentirosa cabeza.
ResponderEliminarYa no me engañará más.
Besos.
El amor,a veces,tiene dos caras,la de la esperanza y la de la decepción que nos obliga a querer olvidar para poder abrir de nuevo esa ventana esperanzada, aunque viendo lo acontecido nos obliguemos a cerrarla de nuevo.
ResponderEliminarSimpre es un placer leer tus metafóricos versos.
Un abrazo.
Siempre hay que aferrarse a la esperanza. Siempre un placer leerte. Abrazos
ResponderEliminarMuchas gracias por sus comentarios 😊 abrazos 🤗🤗🤗🤩🤩🤩
ResponderEliminarMuito belo Lichazul!
ResponderEliminarÉ um doce fascínio deleitar-me com teu poema!
Precioso!
Te dejo un beso!
Este poema es un alivio por lo menos para mí, que sufro de pesadillas y sonambulismo. Ojalá que las pudiera convertir en guirnaldas. Me creo esa esperanza. Abrazos !!!!
ResponderEliminarEstos tiempos de cambiantes climas en el alma. La felicidad dura menos que una estrella fugaz. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarLa fe mueve montanas como dicen,
ResponderEliminarno hay que perderla, depende de varias
situaciones.
Besitos dulces
Siby
Hay días así, y vendrán otros y otros.... Un gusto leerte Lichazul. Saludos.
ResponderEliminarBello y profundo, como todos los poemas que escribes, como siempre un gran placer leerte amiga!
ResponderEliminarBesos desde Andalucía.
Días de glorias desvencijadas, fantasmas susurrando amor.
ResponderEliminarSon los ecos que acompañan hasta esa cavidad elegida.
Gran poema.
Besos, Elisa.