Nubes y sopor
revuelven la tarde
vendaval anunciando tempestad
otra vez recoger lo tendido
no tuvo suerte
su pie sabe el terreno y sus grietas
canto que ventea el alma por sobre el horizonte
conoce piel y sombra
en esa boca los versos destellan
maravilloso regalo eres
me haces reverdecer en tu melodía
fina lluvia calma esta sed
descalzo poema
cobijo entre las piedras
no temeré a la noche sin luna
hoy vine a esta orilla a despedirme
y terminé renunciando a la despedida .
Lichazul
babosadas
revuelven la tarde
vendaval anunciando tempestad
otra vez recoger lo tendido
no tuvo suerte
su pie sabe el terreno y sus grietas
canto que ventea el alma por sobre el horizonte
conoce piel y sombra
en esa boca los versos destellan
maravilloso regalo eres
me haces reverdecer en tu melodía
fina lluvia calma esta sed
descalzo poema
cobijo entre las piedras
no temeré a la noche sin luna
hoy vine a esta orilla a despedirme
y terminé renunciando a la despedida .
Lichazul
babosadas
A veces la suerte hay que buscarla, no esperar que aparezca...
ResponderEliminarTú destellas siempre.
Besos.
besitos Toro
ResponderEliminara veces sucede, a veces
Y tus versos son destellos de luz, con ellos no se le puede tener miedo a la noche sin luna.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ambar
gracias Ambar
ResponderEliminarabrazo
ResponderEliminarEli bella tus versos tienen
luz propia mi amiga.
besitos dulces
Siby
saludos Siby
ResponderEliminarbuena semana :)
Por eso no me despido...me quedo como en la canción. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarY es que lo tenemos muy claro por lo vivido, pero algo, en un segundo, nos cambia.
ResponderEliminarEsa orilla de la despedida, a veces, es incierta.
Besos, Elisa.