Voy a tomar el día como un día de los proscritos
en mi sinuoso camino de avalanchas y escombros
soy un mapa de manos y torsos allí regados esperando la lluvia
esperando esa caricia de novia
en la soga
las sábanas suspendidas susurran lascivos deseos
primigenios engendros desfogados
cuando la serpiente recorría el paisaje de arcilla
el señor del lugar concede pernoctar a esta luna creciente
simiente de hada marina
la clara oscura ágata nocturna
soy camino
siete veces más
en los labios el canto y el filo
lejano ( para ti) fuego del Dios guerrero.
Voy a tomar el día como un día de los proscritos.
Lichazul
serie Subliminal
en mi sinuoso camino de avalanchas y escombros
soy un mapa de manos y torsos allí regados esperando la lluvia
esperando esa caricia de novia
en la soga
las sábanas suspendidas susurran lascivos deseos
primigenios engendros desfogados
cuando la serpiente recorría el paisaje de arcilla
el señor del lugar concede pernoctar a esta luna creciente
simiente de hada marina
la clara oscura ágata nocturna
soy camino
siete veces más
en los labios el canto y el filo
lejano ( para ti) fuego del Dios guerrero.
Voy a tomar el día como un día de los proscritos.
Lichazul
serie Subliminal
Como siempre Eliza....bellas tus letras.....Siete veces bello... Eres camino...que así sea....que otros siguen....cuídate mucho amiga...saludos a la distancia.
ResponderEliminarSiete el numero de la suerte mi amiga,asi que sigue adelante.
ResponderEliminarBesitos Dulles
Siby
No sé ni qué decirte, el poema me regala tantas imágenes y sensaciones que no quiero destacar a ninguna... el poema me encanta, eso es.
ResponderEliminarBesos.
A días así, les salva ese señor del lugar.
ResponderEliminarY ser camino, las veces que hagan falta. No hay otra.
Besos, Elisa, buena semana.
muchas gracias por sus visitas
ResponderEliminartengan un lunes lunero precioso :)
Precioso y profundo poema Elisa. Me encanta.
ResponderEliminarbesos
muchas gracias Mavi
ResponderEliminarbesitos de sol
Nos declaran enemigo de tantas vainas, nos apartan, nos destierran, que nos nos queda sino empuñar la lanza y el escudo para vivir. Un abrazo.
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