Extraños son esos colores y luces de neón
revuelven el paisaje
un escaparate de firmas y dioses
quizás vigilan
quizás se empecinan
quizás nos den castigo y medicina
es tiempo de solitud y soledad
tiempo de burbujas melancólicas
rosas en sepia en algún libro del estante
-estoy distante de tanta emoción -,
extraña es la mirada del reflejo
el juzgo sobresale de todo hombro
es un príncipe ridículo
pero allí está enquistado
estoy desolado en la sombra del camino
sin creer en un nosotros
pateo el polvo de mis ancestros
mientras las piedras me recuerdan el vértigo
y miento para un consuelo barato...
extraño el estar y el ser
sin conceder principios
pero
apenas soy un tipo en reciclaje aparcado en la calle.
Lichazul
señales
No hay que descorazonarse.
ResponderEliminar👍😏
EliminarEse final estremece por su realismo. Un buen poema, felicidades.
ResponderEliminarSaludos.
Saludos
EliminarEl último verso me lo llevo conmigo.
ResponderEliminarEs como una selfie.
Besitos 😽
EliminarCoincido con Toro y Rafael que el término del poema es muy bueno Elisa, mucho.
ResponderEliminarBesos
Besitos 😽
Eliminar😒mmm
ResponderEliminarDifícil creer en esa magia de colores y bombillas feéricas de un mes que nos deja más golpeados por la desesperanza. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarOtro abrazo
EliminarCosas extrañas en estos tiempos extraños.
ResponderEliminarTambién me sumo a la última estrofa.
Besos, Elisa.