emociones que hibernan como espinas
la salida sugiere cantos
santos de una peregrinación caduca
duele la gruta
duele la pestaña y hasta la mueca
somos el paraíso roído
un remanente en oropel dibujado
cuando animados por la juventud
invencibles jurábamos
vamos al patio de los que miran sin buscar
de los que hacen del caminar olvidos baratos
huesos y susurros en el mismo camino
contando un espejismo
o quizá un malabar del destino ridículo.
...
Hay pensamientos como nubes por llover
atardecer de otoño en mi jardín peculiar.
Lichazul
apuntes
Un impacto en ese cantar del camino hecho a golpes.
ResponderEliminarCada quien lleva los suyos
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