Abedules tristes por estos destinos viajeros
me acerco a la corteza del escribano
mi mano se tiñe de rojizos y ocres
hundí mi estrella entre sus ramas para sentir el tiempo en las venas
pálpito de raíces
ayer crecí entre sus sombras
ayer mecí mis sueños
ayer canté las alabanzas
ayer
qué solo está el bosque
qué silencio en sus recodos
qué secretos en sus huellas
los reyes confiscan el equilibrio
los príncipes lucen sedas y algodones
el juez oculta su saber
tristes abedules estos destinos
viajeros en el infinito expandido.
Lichazul
serie babosadas
Ay, ay, ay, que se me enrosca el poema en el corazón...
ResponderEliminarBesos.
besos Toro :)
ResponderEliminarEllos seguirán cambiando pero seguirán en pie; nosotros somos los que nos iremos al batatar. Pero bueno si nos quedamos dando vueltas por el espacio, lo mismo no se está tan mal.
ResponderEliminarAbrazos gorditos Elisa.
de este planeta nada ni nadie se va a menos que lo envíen en una nave ;)
ResponderEliminarabrazos gorditos Rafa
Ummm me relaja este poema, me lleva a los bosques de mis cuentos, feliz finde!!!!
ResponderEliminarbuen finde para ti también Alfonso :)
ResponderEliminarUn abrazo Elisa.
ResponderEliminarNos conocemos de hace años, si bien no acabamos de encajar en aquellos tiempos.
saludos Ernesto
ResponderEliminargracias por tu huella :)
Caminantes somos por bosques silenciosos por guardar tantos secretos.
ResponderEliminarBosques obligados a ser cómplices de las locuras humanas.
gracias Joaquín
ResponderEliminarbuen domingo :)
qué solo está el bosque
ResponderEliminarqué silencio en sus recodos
qué secretos en sus huellas
Me estremece, Elisa, porque esos bosques así nos llevan a todo lo demás.
Besos.
Intuyo que ese juez de tus versos, se hace el de la vista gorda, frente a los justo. Un abrazo. carlos
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