viernes, 12 de octubre de 2018

Simiente plantada

No sé por dónde empezar
me ha pillado el silencio
hurgué entre los escombros
torcí mis pasos por aquellos ecos
mi sombra tiembla

habita en cada rincón un ogro
a veces creo que me devorará
o me someterá a su soledad enfermiza
por eso vengo a la mitad del salón
y danzo mi última esperanza

sabe Dios qué fuego en mí sobrevive
o  qué sangre me recorre

hace mucho que no debería de estar
emigrar ha sido mi constante
soy consciente de mi óxido
no necesito que me lo recuerden

prometí no derramar lágrimas
juré acabar con los demonios
mi espada cercenó toda mentira
y en mi corteza florecieron margaritas

el precio fue alto
tan alto como una cordillera
y en los abismos mi vuelo se hizo fuerte
no respiró ancla para el regreso

cuánto incógnito se sucede
cada giro en mi pie es una serpiente
simiente plantada,  mi alma no les pertenece.

Lichazul
babosadas



9 comentarios:



  1. Que buen poema mi amiga linda.

    besitos dulces
    Siby

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  2. Mi ogro ya me devoró.
    Ahora soy los restos de quien fui.

    Espero que tengas mejor suerte.

    Besos.

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  3. todos somos ogros y ángeles Toro
    eso te incluye ;)


    besos

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  4. Los ogros y demonios siempre estarán presentes, pero si siguen brotando margaritas y el vuelo se fortalece, todo se lleva en la certeza de que giramos mientras vivimos.
    Buen poema, Elisa.

    Besos.

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