viernes, 24 de febrero de 2017

Abriles viejos

Estoy cansado de que se sienten en mí
que se apoltronen con la queja en sus labios
que se solacen con sus hipotéticos fuegos
o que se duerman sobre mis costillas
estas  patas no me dejan mover
ni siquiera para saludar a quien me observa
pues ella
está atenta desde la esquina del jardín
descifra estos garabatos de firmas ajenas
intenta acercarse entre hojas sigilosas
estira su mano y acaricia mi respaldo de abriles viejos
ella me lee
ella interpreta mi silencio
ella confiesa su temblor
cubre de versos mi soledad taciturna
en sus pestañas mis lágrimas se hacen realidad
entiende el tiempo en mi tiempo de estanco
soy aquel  banco de madera olvidado.

Lichazul
oscureciendo



12 comentarios:

  1. Joder que bonito Elisa, me gustaría aprenderlo de memoria. Por viejos que sean esos abriles, que el banco nos aguante mucho tiempo; más durarán esos antiguos bancos que tantas historias encierran que muchos de nosotros.

    Abrazos gorditos Elisa y que peses buen fin de semana.

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  2. El banco más afortunado del mundo.

    Besos.

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  3. Estar sintiendo a pesar del tiempo, no es poco.

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  4. Se necesita un banco así, tal vez no esté tan olvidado.

    Besos.

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  5. Vejez y soledad, quizás..deseo de no volver a cargar tantos fardos de amlores y sueños fementidos. Un abrazo. carlos

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    1. las pzas están llenos de ellos, allí vamos cuando ya los pasos apenas nos sostienen

      abrazos

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