2017 y 2023 tienen en común el fuego
una suceción de muertos y campos humeantes
trashumantes almas
impotentes frente al adversario
los aniversarios son y serán dolorosos
la tierra cruje como la madera
el horror es transversal
el lagrimal agota su humedad
cuantas memorias devoradas
cuantos sueños truncados
estamos lamentando un verano infernal
hay gente que gusta de ver arder todo
gente que no intengra la empatía a su adn
cubiertos de muchas máscaras.
Lichazul
baño tóxico
El verano y el fuego parece que asoman de la mano. En España también tenemos ese problema.
ResponderEliminarSaludos.
La climatología nos va indicando esos cambios tan bruscos como cada vez más habituales. En esos veranos el fuego es el gran protagonista.
ResponderEliminarQué pena tantos incendios.
ResponderEliminarLe temo al verano próximo.
El último fue infernal.
Ojalá atrapen a esos malditos pirómanos.
Terror de verano,dolor de tantos,microflora destruida ,sueños truncados,esfuerzoperdido.Es devastadora la situación.Abrazo.
ResponderEliminarTanto dolor querida Elisa, tantos bosques y tantas personas que han perdido sus casas, sus animales. Todos los animales silvestres y tantas muertes de compatriotas. Ha sido y es un verano de fuego y cenizas.
ResponderEliminarBesos y, ojalá se descubran esos malditos mal nacidos.
Gracias por sus comentarios 😊 tengan una buena semana
ResponderEliminarQué tristeza de perdida de vidas humanas en esos incendios. Desastre y dolor.
ResponderEliminarUn abrazo Elisa.
El mundo de hoy hecho de tenebrosas nimiedades. La vida no les basta. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarNuestro último verano fue un infierno de olas de calor interminables, sin pausa para refrescarse, y con incendios tras incendios.
ResponderEliminarY sí. Hay gente que le gusta ver arder todo. Nula empatía.
Besos, Elisa.