No creo en los poetas dorados
ni en sus premios ni en sus escenarios
me gustan los revolucionarios
que muerden la mano de la dulce lisonja
esos incontrolados monos de la prisa roja
que orinan en los monumentos como perros endiablados
y dicen aullarle a la luna
descamisados y sangrantes
que invierten su tiempo en el ocio del pántano
cuando sacan del barro esas quimeras parasitarias
y allí van dándole caña
con el púlpito encolerizado
la suspicacia gutural les babea
pues son los poetas que me degüellan la rutina
y grito con ellos en la esquina
muerte y soledad!
hasta quedar confundida
perdida en el anonimato
no creo en los poetas melíferos
me tapan el sol cuando visto de humana
cuando luzco mi yaga de cal y arena
hendida entre las olas del mar.
Lichazul
del corazón y otras locuras
ni en sus premios ni en sus escenarios
me gustan los revolucionarios
que muerden la mano de la dulce lisonja
esos incontrolados monos de la prisa roja
que orinan en los monumentos como perros endiablados
y dicen aullarle a la luna
descamisados y sangrantes
que invierten su tiempo en el ocio del pántano
cuando sacan del barro esas quimeras parasitarias
y allí van dándole caña
con el púlpito encolerizado
la suspicacia gutural les babea
pues son los poetas que me degüellan la rutina
y grito con ellos en la esquina
muerte y soledad!
hasta quedar confundida
perdida en el anonimato
no creo en los poetas melíferos
me tapan el sol cuando visto de humana
cuando luzco mi yaga de cal y arena
hendida entre las olas del mar.
Lichazul
del corazón y otras locuras
Me ocurre lo mismo.
ResponderEliminarExactamente lo mismo.
Besos.
besos Toro
ResponderEliminarY la Poesía,
ResponderEliminar¿en qué poetas cree?
¿cuáles le gustan?
Los poetas de verdad no se amparan en uso y abuso de palabrerío.
ResponderEliminarLos poetas de verdad dicen, remueven o movilizan interiores generalmente con poco.
Los hay que aúllan a la luna, verdad.
Besos, Elisa.
gracias por sus huellas
ResponderEliminarabrazos
Los poetas melíferos,descarnando más la herida o la llaga, quizás con su voz de consuelo. Un abrazo. Carlos
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