Vergüenza
así la nombramos
así clasificamos eso que a sabiendas del error
hacemos
vamos de menos a más persiguiendo qué
y dejamos atrás la fuerza de la niñez
me quedé en revés
en este camino de saltimbancos
ya nada me sorprende
quise tocar la luna con el corazón
melocotón de besos y ambrosía
pero
la poesía caducó con el estrépito
la sirena fue la culpable
todo rueda por la calle salpicada en infiernos parlantes
vergüenza adosada como lapa sobre la piel
cada vez que entonamos eso de civilizado cañón
y disparamos al centro de la vida.
Lichazul
del corazón y otras locuras
así la nombramos
así clasificamos eso que a sabiendas del error
hacemos
vamos de menos a más persiguiendo qué
y dejamos atrás la fuerza de la niñez
me quedé en revés
en este camino de saltimbancos
ya nada me sorprende
quise tocar la luna con el corazón
melocotón de besos y ambrosía
pero
la poesía caducó con el estrépito
la sirena fue la culpable
todo rueda por la calle salpicada en infiernos parlantes
vergüenza adosada como lapa sobre la piel
cada vez que entonamos eso de civilizado cañón
y disparamos al centro de la vida.
Lichazul
del corazón y otras locuras
Un día perderás también la vergüenza y entonces, volarás...
ResponderEliminarBesos.
besos Toro
ResponderEliminarQué asco de hacer cosas mal a sabiendas, qué asco de dejar de ser niños, y que vergüenza de dejar de sentir vergüenza... nos creemos que las cosas malas son como son y no tienen remedio. En fin, echemosle la culpa a las sirenas... abrazos, me gustó, buen domingo!!!
ResponderEliminarabrazos Alfonso , buen domingo también para ti :)
ResponderEliminarY si a sabiendas del error lo hacemos, colaboramos a más vergüenza y a más horror en esos infiernos parlantes.
ResponderEliminarY tanto que llevamos la vergüenza adosada como una lapa a la piel...
Besos, Elisa.
besos de sol Verónica :)
ResponderEliminarA sabiendas de hacer las cosas mal, somo muchos los que volvemos a caer en el mismo error, y sino nos percatamos de ello, ya están las lenguas parlanchinas y callejeras para ponernos a caldo, aunque juremos corregir nuestros errores y defectos. Igual hasta la sirena tiene algo de culpa en todo el meollo, pero lo que queda claro es que tú poesía nunca caducará.
ResponderEliminarAbrazos gorditos Elisa, y muchas gracias por tu fiel presencia.
ResponderEliminarGenial, Elisa. Solo eso.
Milbesos
muchas gracias Rafa y Soco
ResponderEliminarabrazos gorditos
Sirenas que suenan.
ResponderEliminarSirenas que nadasn.
Te dejo mi entrada con una sirena jubilada.
https://diariodeentrenador.blogspot.com.es/2018/04/la-hazana-de-karen-parte-2.html
Elisa la verguenza es un sentimiento que nos inmoviliza y solo queda rehacer el camino, me gusto lo de la sirena, un abrazo!
ResponderEliminargracias Manuel
ResponderEliminargracias Carmen, en ello te equivocas , lo que nos paraliza es la Comodidad
para qué cambiar ? si al final el planeta seguirá sin nosotros
por eso estamos como estamos
abrazos de luz
Es la errancia de Edipo, ya sin ojos. Un abrazo. Carlos
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