En menos de siete días se nos fueron dos abuelos
la muerte visitó mi hogar y familia
uno camina en el limbo de las horas
cae a la fosa y se levanta con esa tierra entre las uñas
inquieto se queda el corazón
inquieto razonamiento martillea
la boca y su saliva desenreda nudos de emoción
aparecen las ansias y las tentativas
las comitivas se suceden con extraño color
y uno se va quedando a oscuras
se ovilla el alma
se enroscan los sueños
uno se queda suspendido en el silbido del viento
mientras el féretro desciende al foso
y uno quiere partir hacia el silencio
y cobijarse bajo un sauce llorón
resultan despedidas los saludos y abrazos
y uno se aferra a la vela con esa luz pequeña
entre tanta oscuridad futura
intenta asimilar palabras que revolotean alrededor
es un mar agitado y peligroso
me voy enquistando en un rincón
soy el ojo y el silente
un penitente de mi propio funeral
...
a veces me quedo en blanco
a veces soy solo infinito.
Lichazul
lo que oculta el cristal
la muerte visitó mi hogar y familia
uno camina en el limbo de las horas
cae a la fosa y se levanta con esa tierra entre las uñas
inquieto se queda el corazón
inquieto razonamiento martillea
la boca y su saliva desenreda nudos de emoción
aparecen las ansias y las tentativas
las comitivas se suceden con extraño color
y uno se va quedando a oscuras
se ovilla el alma
se enroscan los sueños
uno se queda suspendido en el silbido del viento
mientras el féretro desciende al foso
y uno quiere partir hacia el silencio
y cobijarse bajo un sauce llorón
resultan despedidas los saludos y abrazos
y uno se aferra a la vela con esa luz pequeña
entre tanta oscuridad futura
intenta asimilar palabras que revolotean alrededor
es un mar agitado y peligroso
me voy enquistando en un rincón
soy el ojo y el silente
un penitente de mi propio funeral
...
a veces me quedo en blanco
a veces soy solo infinito.
Lichazul
lo que oculta el cristal
Vaya...
ResponderEliminarMis condolencias, Elisa.
La muerte no para nunca.
Impasible sigue avanzando.
Qué pena...
Besos.
Lo sabía, pero no sabía que habían sido dos. Lo siento mucho. Si supieras cuánto me ayudó escribir a mí. Un abrazo, ánimo para ti y tu familia.
ResponderEliminarTe abrazo fuerte, querida Elisa...
ResponderEliminargracias por sus ánimos
ResponderEliminarojalá el poema sirva de nexo y terapia
abrazos
Cuando la muerte llega que pequeños nos sentimos, que frágiles espigas azotadas por el viento. Y nos refugiamos en los sueños y en la esperanza de un mundo mejor, para intentar cicatrizar la herida.
ResponderEliminarMis condolencias para ti y para tu amada familia.
Abrazos inmensos....escribir siempre ayuda.
Con este poema, me hiciste recordar el cuento aquel, del que ve pasar por su cas su propio funeral. Cada día que pasa nos enterramos y volvemos, como lo dices con las uñas untadas de tierra. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarmuchas gracias por sus opiniones y buenas vibras
ResponderEliminarabrazos
El dolor de la impotencia. Lo siento amiga, perdí a mi mamá el año pasado, así que mis emociones siguen divagando.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Lo siento Elisa, es un duro golpe. Siempre estarán en tu recuerdo y a su memoria te aferrarás en los momentos bajos.
ResponderEliminarUn beso.
...y piensa
ResponderEliminarque además de vagar por las estrellas
estarán junto a ti...
Con todo mi cariño.
muchas gracias por sus ánimos
ResponderEliminarbuena jornada
En días tan dolorosos, no se vive...se sobrevive.
ResponderEliminarPor ellos hay que seguir y que vivan en nuestro recuerdo.
Es difícil asimilar las pérdidas que, irremediablemente, suceden...
Muchos Besos y ánimos