No sé dibujar este susurro
es un pozo en llamas
salto sin paracaídas hacia la oscura alma mía
no bastan primaveras o veranos
no son mis aliados en esta huída
la melodía resuena en esta soledad de plata
temo perderme
temo el eco de los pasos entre las grietas
temo el cansancio y la fatiga de mis huesos
quedarme en el abismo sin tiempo
precipitando notas del pulso gastado
mi boca se hace mueca del olvido
en el sepulcro de mis días
si mi sangre hablara...
no sé cómo expresar este abandono
este rojo horizonte
continente de ocultas montañas
ríos y llanuras de plata.
Lichazul
entre la hierba
El final me recordó a Zurita
ResponderEliminarMe sobrecoge tu estado de ánimo Eli, recuerda que eres fuerte y valiente, hermosa y sobre todo auténtica. Esas y otras son unas cualidades que llevas en tu piel de mujer valiente, la que yo conozco...y no estás sola te queremos.
ResponderEliminarun abrazo linda
Mavi
Hola linda¡ Un poco pesimista estás? pues ale, ale un achuchón para ti que te QUIERO.
ResponderEliminarMavi
Siempre habla tu sangre.
ResponderEliminarBesos.
ni idea de quien hablas
ResponderEliminargracias Mavi
ResponderEliminarbajón?... no lo sé , solo sé que me gusta escribir poesía
besitos de sol
gracias Amapola
ResponderEliminarBlogger Mavi dijo...
ResponderEliminarHola cielo, la distancia se agranda en torno a la historia de ciertos personajes,
y Frida ha tenido una repercusión, un tanto ambigua, pero ciertamente original. Para mi ese es el motivo, Linda.
mas abrazos para ti mi amiga.
Mavi
Sí que sabes expresarlo, sí...
ResponderEliminarMejor que nadie.
gracias Toro
ResponderEliminarbesitos
El poeta que escribe lo que le sale del alma, creo que son de las personas más sinceras.
ResponderEliminarAbrazos gorditos Elisa.
muchas gracias Rafa, a veces no nos ven por ese lado
ResponderEliminary nos asaltan piedras en el camino
abrazos
Parece huída, pero es la vida con sus saltos de capul, impredecible...Un abrazo. carlos
ResponderEliminarIncluso en el abismo y en el más oscuro pozo, nos encontramos. Y de verdad.
ResponderEliminarLa sangre hablará al oído y jamás habrá más vendas.
Duele, eso sí.
Besos, Elisa.