He descubierto un paraíso
estaba a la vuelta de la esquina
una gruta del pachinko
allí me pierdo
estoy hechizado
lo sé
no me importa perder o perderte
para el final la lluvia nos mojará
seremos igual a cero
en este cemento nada hay que perder
ni hombros ni pulmones
somos los ladrones del silencio
unos perros sin dueño escarbando la soledad
mira si de aventuras tenemos
había olvidado aquellos gritos del director
cuando nos quiso detener en el corredor
nadie en derredor nos redujo
fuimos los brujos de la fuga capital
apenas alcanzabamos el mesón
pero nos jurabamos gigantes
mentes intrépidas probando lo que los años no daban
vamos al pachinko
vamos a derribar esa mentira de justicia ciega
mientras la calle se llena de gallinas.
Lichazul
caleidoscopio
A veces suceden estos encuentros que lo popular llama milagros, pero son avisos para que cambiemos la mirada sobre la vida y el mundo. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarAbrazos y buen fin de semana 👍🤝
EliminarEste poema tiene versos rebeldes.
ResponderEliminarMe gusta.
Besos.
🙃😽😽😽muaks
EliminarPues hay que aprovechar ese paraíso.
ResponderEliminarBesos.
La realidad da pena ...pura pena de gente
EliminarHoy voy a dedicar mi tiempo a buscar paraísos cercanos iguales a tu gruta. Nunca los buscamos tan cerca porque alguien nos dijo de chico que los paraísos suelen estar lejos y suelen ser inalcanzables.¿Cuántas mentiras nos contaron...!!
ResponderEliminarLa verdad y la mentira son vistas desde ojos suspicaces...
EliminarAl final cada quien tiene la suya
Aplaudo el final del poema. Se aplica al mundo entero.
ResponderEliminarBesos, Elisa.