Nada cuenta
si el eco me traga
si el hierro a la sal se rinde
el hombro sabe del peso
el lecho soporta el esqueleto
cuando el viento susurra nombres
creí en aquello que fue tibieza y cobijo
mientras el bosquejo del dolor crecía
la diatriba constante en los ojos
negar lo que mi sombra besó no me va
ni arrepentirse de todas las tormentas
aún con la distancia clavada en las pupilas
tengo un lucero pintado de disturbios
los suburbios hipnotizan de noche
Luna Merlina derrama tu melena.
Nada cuenta
si el eco me traga
si el hierro a la sal se rinde.
Lichazul
serie Subliminal